domingo, 2 de octubre de 2011

Bonito en marmitako: ¡GUAPO!, ¡GUAPO! y ¡GUAPO!

Dicen que el marmitako nació en los barcos de pesca vascos, derivando su nombre del recipiente donde se preparaba el guiso (marmita) a bordo de los barcos.

El bonito es un pez de la familia de los túnidos, y dentro de ella encontramos a nuestra estrella, el Thunnus alalunga, que cuando se pesca en el mar Cantábrico con anzuelo y pesa más de 4 kilos pasa a denominarse bonito del norte.




Y la fusión entre ambos se convierte en uno de los platos marineros clásicos de la cocina vasca más apetecibles en temporada, la cual, desgraciadamente, también se nos va con el verano.

Por eso, no quiero dejar pasar la costera sin preparar un buen plato de patatas guisadas con bonito del norte, vamos, un MARMITAKO.

Asi que, me he bajado al mercado, y mira tu por donde, mi pescadero tenía un buen bonito que acababa de despiezar: por una parte la ventresca, por otra el cogote y por otra el resto del cuerpo. ¡Qué pasada!.


Yo me he quedado con el cogote, y esto es lo que he preparado con él.

Marmitako de bonito del norte

Ingredientes (4 personas):

600 gr. de bonito de norte
800 gr. de patatas
1/2 pimiento verde italiano
1/2 pimiento rojo
1 cucharadita de carne de pimiento choricero (o ñora en su defecto)
1 cebolleta grande o dos pequeñeñas
1 tomate maduro
1 diente de ajo
Perejil
1 vasito de txacolí
Aceite de oliva
Sal común

Preparación:

Ponemos el pimiento choricero a remojo en agua fresca. Cuando estén blanditos los escaldamos en agua hirviendo. Enfíamos rápidamente, abrimos y sacamos la pulpa. Reservamos.



Después picamos el pimiento verde, el rojo y la cebolleta en brounoise media y vamos pochando en la olla. Primero la cebolleta, hasta que se dore ligeramente, que será cuando incorporemos el pimiento verde y el rojo. Una vez pochados echamos el tomate pelado, despepitado y bien picadito, a la vez que la pulpa de pimiento choricero (en mi caso de ñoras, pues no los encontré). Dejamos que se sofría.





Añadimos las patatas, peladas y cachadas, para que suelten almidón, en trozos no muy grandes para que se puedan coger luego bien con la cuchara. Incorporamos el vasito de vino, cubrimos con agua templada y sazonamos al gusto.




El tiempo de cocción depende mucho de la patata, pero estará en torno a los veinte o como mucho treinta minutos, por lo que, unos cinco minutos antes, echaremos el bonito, cortado en dados de un tamaño parecido al que cortamos las patatas.



Ya está nuestro marmitako listo para comer. ¡Buen provecho!

Bueno, esto no es del todo cierto, en mi casa, a todos estos guisos de patatas, se les incorpora un majado de ajito y perejil justo en el momento en que se echa el pescado.



A mi me gusta mucho este toque porque, sobre todo, me trae recuerdos de mi niñez. ¡Si es que madre no hay más que una!.

Presentación:

De lo más sencillo, unas cazadas en un plato hondo, con sus patatitas, y sus tajaditas, y su caldito. ¡Por Dios!, si huele hasta aquí...


Marmitako


NOTA: si véis que el caldito no está muy trabado, podéis aplastar unas patatas y remover.

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